Ciudad del Vaticano.- Francisco presidirá la Jornada Mundial de la Juventud del 23 al 28 de julio en Rio, un "Woodstock católico" como se la ha llamado, a la que asistirán cerca de 1,5 millones de personas. También viajará a Aparecida, el mayor santuario católico de Brasil, en el estado de San Pablo.
El contacto del Papa con los jóvenes será sin gran pompa. Se prevé que sus actos improvisados y su voluntad de "oler a oveja" como su rebaño -como él mismo dice- pongan a prueba a los servicios de seguridad, por ejemplo cuando visite el jueves una pequeña favela gris y plana de la zona norte de Rio, o cuando presencie el viernes representaciones de las 14 estaciones del Vía Crucis en la avenida que bordea la playa de Copacabana.
El papa llega a Brasil poco después de las históricas manifestaciones de junio por mejores servicios públicos, contra la corrupción y los gastos del Mundial de fútbol de 2014, y que terminaron muchas veces en violentos enfrentamientos con la policía, saqueos y destrozos.
Ateos brasileños y el grupo Anonymous Rio, uno de los organizadores de las protestas de junio, también ha convocado para el lunes, el día de la llegada del pontífice a Rio, a una manifestación contra el gasto púbico de unos US$ 53 millones -un tercio del presupuesto total-, que implica su visita y la organización de la JMJ en Rio.
Pero el Vaticano no se muestra preocupado y varios expertos destacan que la prédica de Francisco en defensa de los más desposeídos tiene mucha sintonía con los manifestantes.
América Latina, donde Francisco nació y vivió casi toda su vida, es la región con más católicos del mundo, cerca de 40%. En Brasil el último censo de 2010 señala que representan el 64,6% de la población, contra 91,8% en 1970. Pero una encuesta de la empresa Datafolha publicada el domingo indica que la sangría de fieles ha seguido y que actualmente son un 57%.
El contacto del Papa con los jóvenes será sin gran pompa. Se prevé que sus actos improvisados y su voluntad de "oler a oveja" como su rebaño -como él mismo dice- pongan a prueba a los servicios de seguridad, por ejemplo cuando visite el jueves una pequeña favela gris y plana de la zona norte de Rio, o cuando presencie el viernes representaciones de las 14 estaciones del Vía Crucis en la avenida que bordea la playa de Copacabana.
El papa llega a Brasil poco después de las históricas manifestaciones de junio por mejores servicios públicos, contra la corrupción y los gastos del Mundial de fútbol de 2014, y que terminaron muchas veces en violentos enfrentamientos con la policía, saqueos y destrozos.
Ateos brasileños y el grupo Anonymous Rio, uno de los organizadores de las protestas de junio, también ha convocado para el lunes, el día de la llegada del pontífice a Rio, a una manifestación contra el gasto púbico de unos US$ 53 millones -un tercio del presupuesto total-, que implica su visita y la organización de la JMJ en Rio.
Pero el Vaticano no se muestra preocupado y varios expertos destacan que la prédica de Francisco en defensa de los más desposeídos tiene mucha sintonía con los manifestantes.
América Latina, donde Francisco nació y vivió casi toda su vida, es la región con más católicos del mundo, cerca de 40%. En Brasil el último censo de 2010 señala que representan el 64,6% de la población, contra 91,8% en 1970. Pero una encuesta de la empresa Datafolha publicada el domingo indica que la sangría de fieles ha seguido y que actualmente son un 57%.
Fuente: AFP
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