Marchas de los católicos por problemas sociales, excelentes relaciones públicas y vuelta a sus raíces

Santiago-Franklin Onésimo Tavárez Sánchez, M.A.M.-Quienes como quien suscribe tenemos nuestras raíces juveniles en el catolicismo por medio de sus grupos de pastoral juvenil, legión de María, vocacionales, catecismo y orientación, siempre veremos con tristeza cada vez que malos católicos dela cúpula o malos ministros religiosos se aparten de su verdadero camino y agreden a la sociedad con actos de pederastía o acomodándose mediante la bendición solo a los sectores de mayor poder económico.

Es que una parte importante de la cúpula de la iglesia de la que procedo, hace tiempo se apartó de la humildad, el acompañamiento a los más desafortunados y de la enarbolación de banderas por las luchas sociales. Son los buscadores de cámaras, de subvenciones, de favores estatales los que más brillan y los religiosos y laicos solidarios pasan desapercibidos.

Digo esto como prefacio para felicitar la excelente iniciativa de la iglesia católica media y de la base, al marchar junto a decenas de comunidades contra la explotación de recursos naturales en diversos puntos del país, lo cual nos llena de esperanza y muestra la ruta clara por donde debe marchar siempre la iglesia.

Es que el lugar del liderazgo cristiano debe estar en la conducción de los creyentes hacia la demanda de soluciones a los problemas que afectan su calidad de vida y no en congraciarse con los que oprimen. De ahí que frente a los escasos casos de pederastía -ciertos o no y que con razón hace un gran ruido mediático-, la iglesia católica debe responder no defendiendo lo indefendible, sino con el acompañamiento a las causas justas y haciendo que las buenas acciones trasciendan más que las negativas y con los que resulten culpables de despropósitos, entonces dejar que la justicia haga su labor sin entorpecerla.

Quienes debemos nuestros valores y principios a la iglesia católica humilde y comprometida, volvemos a renovar nuestra fe y orgullo por las raíces cristianas que tenemos cuando vemos este tipo de marchas de los líderes de la fe, pues de algún modo a veces nos azqueamos y bajamos la cabeza frente a algunos obispos y grados jerárquicos superiores que bailan la danza de la comodidad y el aplauso a los ejes del poder económico, transmitiendo la falsa percepción de que el catolicismo es eso.

Así las cosas, la vuelta a sus raíces, la toma pacífica de las calles al lado de los pobres, constituye coincidencialmente una excelente labor de relaciones públicas por parte de mi iglesia católica y es, sin lugar a dudas la sanación a estas enfermedades que amenazan la vida del catolicismo puro y frente a los cuales nos estamos animando a retomar el compromiso con las actividades del tempo y su feligresía.

Hasta un próximo comentario

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Nota: Fotografía tomada de Marcelino Cabrera /Hispanos del Mundo