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Haitianos violentos azotan región Este

El mayor general Manuel Castro Castillo, jefe de la Policía Nacional, ha declarado que grupos violentos entre una población de más de 200 mil inmigrantes ilegales haitianos diseminados en la región Este del país, el 37% del segmento extranjero residente en la zona, son responsables del más alto índice de criminalidad, asaltos y robos registrado en el territorio nacional, lo que ha cambiado la coexistencia entre familias y vecindarios dominicanos afectados por este malestar.  

Su presencia es tan numerosa como extendida es su influencia. En algunos sectores cohabitan sin otra representación que la suya, dominan en negocios de ventas informales, manejan a su antojo el servicio de motoconcho y no aceptan la participacion de grupos nacionales en esta labor.

Según el general Castro Castillo, grupos de cientos de estos inmigrantes haitianos son generadores de violencia entre sus conciudadanos, que luego acarrean contra dominicanos.

Higüey, capital de la provincia La Altagracia, es la jurisdicción más perjudicada por irregularidades migratorias que manifiestan sus mayores secuelas perturbadoras en el Este. El municipio concentra una de las infraestructuras hoteleras más importantes del país, además de sus funciones comerciales, abastecimiento y gestión y una actividad agrícola muy próspera.

Los problemas citados por el jefe de Policía están reclamando ahora, de urgencia, planes funcionales de las autoridades, específicamente a la Policía, cuya jefatura, bajo el mando del mayor general Castro Castillo, mueve los engranajes de la estructura policial para contrarrestar con éxito cualquier amenaza de expansión del problema.

Este y otros temas fueron tratados por el jefe policial en el marco de un almuerzo en el Palacio de la Policía con el director de LISTÍN DIARIO, Miguel Franjul; el subdirector, Fabio Cabral; el subjefe de Redacción, Javier Valdivia; el jefe de Información, Tomás Aquino Méndez; el editor de Justicia, Guillermo Pérez, y el editor Deportes, Héctor J. Cruz.

De entre esos 200 mil haitianos ilegales diseminados en el Este, a los que se refiere el jefe de la Policía, un número altísimo y dominante está arraigado en el sector Hoyo de Fruisa, de Punta Cana, un asentamiento tan plagado de crímenes y toda tipificación de delitos que ha situado a Higüey con el registro más alto de violencia, seguido por el Gran Santo Domingo y Santo Domingo Este.

Otros lugares con notable presencia haitiana son Haití Chiquito, Cabeza de Toro, Bávaro, Kosovo y el distrito municipal Verón, este último con una población de 43,982 habitantes, según datos del IX Censo de Población y Vivienda, y donde se afirma los haitianos ya superan en número a los criollos.

Aún con esos problemas, el jefe de Policía asegura que la delincuencia está bajo control en la región oriental.

Al referirse al sector Fruisa, dominado por la presencia haitiana, el general Castro Castillo dijo que los ciudadanos del vecino país constituyen un factor generador de violencia entre sus conciudadanos, agravando el problema cuando arrastran sus desgracias hasta los dominicanos.

Dijo que trabajos de investigación e inteligencia policial han comprobado la participación de haitianos en crímenes, asaltos, robos y otros delitos en la región, lo que a su juicio constituye un factor desencadenador de intranquilidad.

“Fruisa es el sector más contaminado”, dijo Castillo. “Ahí está la mayoría de haitianos, desde donde salen a cometer delitos”, agregó.

Según un estudio del año 2008, patrocinado por la Asociación de Hoteles y Proyectos Turísticos de la Zona Este, elaborado por la firma Cristóbal Valdez, en comunidades como Verón, Cabeza de Toro y el Hoyo de Friusa, en la zona de Punta Cana-Macao, el 81.1% de la inmigración extranjera es predominantemente haitiana. Para este año 2013, cinco años después, este dominio se ha afianzado.

Pero la zona de influencia del turismo no ha estado bajo riesgo en ningún momento, asegura el general Castro Castillo, porque la Policía Turística (Politur) ha desempeñado un papel preponderante para evitar que la violencia generada por esa población haitiana alcance áreas vitales para la economía dominicana.

Empujados por el rigor del hambre y carencia de todo tipo de servicios elementales para supervivir, miles de haitianos arribaron en oleadas a estos lugares de la región Este,  asentándose básicamente en áreas de Bávaro y Punta Cana, donde empezaron a establecer pequeñas colonias que han crecido sin control, atraídos por la prosperidad de una industria de la construcción bien motivada por el aliento del turismo.

Mientras más proyectos turísticos son edificados en la región, alentados por un flujo de turistas que hasta octubre de este año había montado una cifra de 2 millones 130 mil 851 visitantes por vía aérea, a través de Punta Cana, así seguirá creciendo la oferta de manos para edificar obras y los haitianos, que la ofrecen barata, no vacilarían para seguir apiñándose en cualquier lugar.

Los trabajadores haitianos son los más activos en el área de la construcción en hoteles, mientras otros grupos humanos extranjeros son empleados de plazas comerciales, viviendas, edificios de apartamentos, proyectos turísticos y negocios.

La provincia La Altagracia tiene 273,210 habitantes, según el censo de 2010. Cuenta con 143,010 hombres y 130,200 mujeres. De estos, 212,656 viven en la zona urbana y 60,554 en el área rural. De 182,020 habitantes reconocidos en 2002, diez años después, en 2012, su población creció a 273,210, para un crecimiento medio anual de 5.125 por ciento, uno de los más altos del país.

En estos lugares se apiñan miles de haitianos, la mayoría indocumentados, que además de su dominante presencia en el área de la construcción laboran en la venta de chucherías, comidas, frutas y motoconcho.

El almuerzo consistió de crema de pollo de entrada, un plato fuerte de lambí a la criolla, arroz blanco, gandules guisados, berenjenas rellenas, ensalada mixta y, de postre, mousse de chocolate.

Listin Diario

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