1- El azúcar. No sólo aumentan las medidas de tu
cintura, sino que también afecta la función cerebral. Consumir azúcar a
largo plazo puede reducir la memoria y crear una gran cantidad de
problemas neurológicos. Por otra parte, este endulzante también puede
interferir con la capacidad de aprender, es por eso que se recomienda
evitar comer productos precocidos, usar azúcar en exceso para endulzar
infusiones, comer golosinas, dulces y derivados, o tomar jugos o
gaseosas endulzados.
2- El alcohol. Es sabido que, a largo plazo, su
consumo puede dañar el hígado. Pero también puede provocar lo que se
conoce como “niebla cerebral”, que sugiere una sensación de confusión
mental y afecta a la capacidad de pensar con claridad, así como la
memoria. Un ejemplo típico es intentar recordar lo que sucedió la noche
anterior después de una terrible borrachera. Muchos confunden la
realidad de algún sueño que tuvieron, o no se acuerdan dónde estuvieron o
de qué hablaron. Ese efecto podría estar influenciado por el alto
consumo de alcohol que afecta el equilibrio del cerebro. Por suerte es
reversible, siempre y cuando dejes de consumir alcohol, o te limites a
una o dos bebidas por semana.
3- La comida chatarra. Las papas fritas, las
hamburguesas, o la pizza de delivery, entre otras comidas, puede cambiar
algunos procesos químicos en el cerebro, lo que conduce a los síntomas
asociados con la depresión y la ansiedad. Esto lo reveló un estudio
reciente de la Universidad de Montreal, en Canadá, que dice además que
los alimentos altos en grasa pueden provocar abstinencia cuando se dejan
de consumir. Es que alimentarse con comida chatarra afecta la
producción de dopamina, nunca tenemos sensación de estar satisfechos y
siempre queremos más. Por otra parte, esta sustancia también es
compatible con la función cognitiva, la capacidad de aprendizaje, el
estado de alerta, la motivación y la memoria.
4- Las frituras y alimentos procesados. Los
alimentos fritos que ya vienen procesados, como las papas fritas, los
palitos salados, o el maní de copetín suelen ser bastantes dañinos:
destruyen lentamente las células nerviosas que se encuentran en el
cerebro. Algunos de los aceites con los que los cocinan son muy
peligrosos como para consumirlos. Casi todos los alimentos procesados
contienen productos químicos como colorantes, aditivos, saborizantes
artificiales, y conservantes que pueden afectar el comportamiento y el
funcionamiento cognitivo causando hiperactividad, tanto en niños como en
adultos. Hay que evitar el consumo de salchichas, fiambres y otros
embutidos. A diferencia de las proteínas naturales que tiene la carne,
que ayudan al cuerpo a aislar el sistema nervioso, las proteínas
procesadas hacen exactamente lo contrario.
5- La sal. Los alimentos salados afectan la presión
arterial y el corazón. Además, aquellos que contienen altas cantidades
de sodio pueden atacar la función cognitiva y perjudicar la capacidad de
pensar. Se los relaciona al consumo de la nicotina, porque genera
adicción, ya que como siempre se dice si comes una papa frita de
copetín, no podes parar hasta terminar todo el paquete. Esto es porque
comerla provoca tener cada vez más antojo y nunca saciarse.
6- Los cereales. Consumir toda clase de granos
-excepto los que contienen 100% de grano entero- tienen un impacto en el
funcionamiento del cerebro y de la salud en general. La razón es que si
consumís granos regularmente, tu cuerpo corre el riesgo de envejecer
más rápido y de experimentar pérdida de la memoria y confusión mental.
7- Las grasas trans. Pueden perjudicar a tu cerebro
porque lo hace más lento al afectar la calidad de la respuesta y los
reflejos. Si se consume durante demasiado tiempo pueden dar lugar a una
especie de contracción cerebral que es algo similar a la contracción
causada por la enfermedad de Alzheimer. Esta reducción del volumen
cerebral se produce por el hecho de que las grasas trans lentamente
dañan las arterias.
8- El edulcorante artificial. Muchas personas creen
que podrán perder peso de la noche a la mañana con sólo reemplazar el
azúcar por edulcorantes artificiales, y esto es incorrecto. Lo bueno es
que contienen menos calorías, pero en realidad puede hacer una daño más
severo, ya que si se los utiliza durante un período prolongado de
tiempo, pueden causar daño cerebral e interferir con la capacidad
cognitiva, especialmente si se consume en grandes cantidades.
La Patilla.com
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