La Romana.- En un corral de block, con ocho planchas de zinc, adheridas a seis horcones o puntal de madera y en piso de tierra, reciben docencias unos 112 estudiantes del sector “Cumajón”, en el municipio Villa Hermosa, La Romana.
Los estudiantes, en su mayoría, varones, reciben las clases en antiguas butacas de hierros oxidados y maderas podridas por la carcoma.
Las necesidades fisiológicas tienen maestros y alumnos que realizarlas en casas contiguas de vecinos, porque tampoco hay retretes en el centro.
La educación física no se practica por falta de espacio y el recreo se celebra haciendo cuentos sobre las destartaladas butacas, que no cogen más mohos.
Es una escuela de pobres en un barrio marginado, donde muchos de los niños asisten hasta descalzos a recibir el pan de la enseñanza.
Cuando llueve, los alumnos tienen que abandonar la enramada, porque no tiene paredes laterales ni el techo cubierto por completo en zinc. Cualquier lagarto que asome su color verde o gris a unos de los horcones de madera o una gallina cacareando en el patio, distraen la atención de los alumnos, por los que el rendimiento escolar es pobre.
La dramática situación que atraviesa la escuela de Cumajón, donde se amarra con cáñamo la pizarra para que no caiga al suelo, fue denunciada por la Cámara de Comercio y el club de Leones de La Romana, que han ido en auxilio del centro, para mejorar el cuadro dantesco en que se desenvuelven maestros y alumnos en la destartalada escuela.
Las entidades sociales de La Romana están solicitando al comercio y el empresariado de La Romana, para que le ayuden a cambiar la cara a la escuela de Cumajón, para que maestros y alumnos no sigan desmotivándose y abandonando las clases.
Para mejorar la escuela, hasta que el Ministerio de Educación, disponga la construcción de una moderna estructura escolar en Cumajón, las entidades, están solicitado a quienes puedan colaborar con esta noble causa donar varillas, arena, block, cemento, madera, butacas, pizarrón, tizas, cuadernos.
Los estudiantes, en su mayoría, varones, reciben las clases en antiguas butacas de hierros oxidados y maderas podridas por la carcoma.
Las necesidades fisiológicas tienen maestros y alumnos que realizarlas en casas contiguas de vecinos, porque tampoco hay retretes en el centro.
La educación física no se practica por falta de espacio y el recreo se celebra haciendo cuentos sobre las destartaladas butacas, que no cogen más mohos.
Es una escuela de pobres en un barrio marginado, donde muchos de los niños asisten hasta descalzos a recibir el pan de la enseñanza.
Cuando llueve, los alumnos tienen que abandonar la enramada, porque no tiene paredes laterales ni el techo cubierto por completo en zinc. Cualquier lagarto que asome su color verde o gris a unos de los horcones de madera o una gallina cacareando en el patio, distraen la atención de los alumnos, por los que el rendimiento escolar es pobre.
La dramática situación que atraviesa la escuela de Cumajón, donde se amarra con cáñamo la pizarra para que no caiga al suelo, fue denunciada por la Cámara de Comercio y el club de Leones de La Romana, que han ido en auxilio del centro, para mejorar el cuadro dantesco en que se desenvuelven maestros y alumnos en la destartalada escuela.
Las entidades sociales de La Romana están solicitando al comercio y el empresariado de La Romana, para que le ayuden a cambiar la cara a la escuela de Cumajón, para que maestros y alumnos no sigan desmotivándose y abandonando las clases.
Para mejorar la escuela, hasta que el Ministerio de Educación, disponga la construcción de una moderna estructura escolar en Cumajón, las entidades, están solicitado a quienes puedan colaborar con esta noble causa donar varillas, arena, block, cemento, madera, butacas, pizarrón, tizas, cuadernos.
Fuente: Atacando.net
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