background img

Entérate Aquí.

Telaraña Imperfecta

Por Esther López
Una madrugada de enero, luego de despertarme de manera imprevista, observaba, a través del cristal de la ventana de mi habitación, una hermosa luna llena, que colaba su luz por una de sus rendijas y me alumbraba..., por suerte, porque solo una vela, casi gastada, me acompañaba esa noche de incesantes apagones en Santo Domingo, por no asegurar en toda la geografía nacional… ni siquiera sé por qué refiero lo de la energía eléctrica. Es que se acababa de ir… empecé tejiendo poco a poco, a pasos lentos y sin ninguna estética, la telaraña de la desolación, del desasosiego, de la desesperanza e irónicamente de los placeres, de las intensidades carnales y de las dulzuras amorosas que viví con Nicolás. Lo hice de manera imperfecta por el nerviosismo de mi alma, por el dolor de mi corazón ante tanta angustia y confusión; ante tanto enredo, ante tanto odio, ante tanto rencor, ante tanto amor por el tal Nicolás.

Antes de comenzar a escribir pronuncié estas palabras entre sueños, como un desahogo ante tanta tristeza sin consuelo:
Oh, Nicolás, cuántas veces intenté bailar para a ti al ritmo que podías, pero no, te negaste siempre; cuántas veces traté de convencerte con algunas de mis fragancias, y hasta las naturales, pero qué va, fue en vano; tú te aferrabas a otras cosas, físicas solamente; hiciste del amor algo genital, exclamaba yo en soliloquio, mientras dormía y mi almohada sufría….

Pasaron meses sin saber de ti y ahora vienes a decirme descaradamente que me amas, que me extrañas. Eres un vagabundo del deseo y del amor; siempre errantes en ti por más que lo niegues. ¿Acaso crees, o piensas que mi corazón, y mi alma en su totalidad disfrutan tener quemaduras al máximo nivel, con llagas ya putrefactas a falta de cuidado? Pues no, a mí no me gusta sufrir y de eso debiste percatarte cuando me desnudé en cuerpo y alma, y te los entregué sin prejuicio; pero que ahora tengo, continuaba yo en mi cama hablando con mis adentros, sollozando como llorona a medianoche que despierta a sus honorables vecinos con su llanto desesperado y su letanía desesperanzada, cuando ellos necesitan descansar porque deben madrugar.

Entretejo la telaraña de la tristeza, y, te que evoco sin querer, porque es que no puedo olvidarte; aunque debo hacerlo, caray… ¿qué nos pasó, Nicolás; qué nos pasó, amor? No puedo negar que todavía amo tu timbre de voz, y añoro sus graves susurros, que enloquecieron ricamente mis oídos que ahora sólo escuchan tu voz en cada recuerdo tuyo. Una virilidad perfecta y adecuada para mi colocación corporal me penetró, y fue la gloria… quiero más Extraño la suavidad de tus manos, que sacaron esa noche con sus perpendiculares dedos, capaces de complotar con la delicia de aquel miembro placentero que nos descalabra cuando no está, los gemidos que yacían en mí, grité al despertar, en plena madrugada, con mi cuerpo sudado y nerviosa, porque no tuve sosiego. Eran las 12:00 de la media noche. Nadie me escuchó, puesto que exclamé de nuevo para mis adentros; es la amargura que ha cortado mi voz.

La noche que empecé a hilar ángulo por ángulo, analicé y calculé, hasta el agotamiento: cuántas mentiras y cuántas verdades había escuchado de aquel cobarde, y tracé, y las primeras fueron más. Repasé hasta el cansancio para verificar si había sido un error, pero no, mis resultados siempre fueron negativos, habían más mentiras que verdades; aún así anhelo esos besos, culpables de tanto dolor, a falta de aquel infiel; extraño esos trasnoches maravillosos, de gustosa rememoración masoquista, porque mientras más me niego pensarlo más evoco a Nicolás. Pero fueron las circunstancias impetuosas las que me obligaron a entretejer mis sentimientos por él esa noche, y lo hice de manera extravagante y azarosa, porque entrelacé el amor con el odio, pero como debí suponer, al terminar sólo quedó trazada una telaraña de confusión. Lloré por aquello que había hilvanado pues no me gustó lo trazado, lo confieso; porque yo quería seguir tejiendo, pero no amor y odio, que terminó en una funesta confusión por causa de aquellas medias verdades de Nicolás, sino sólo amor. No quería tener como resultado solo falsedades, sino verdades que supusieran mentiras, pero que fueran verdades; un deseo que se transformara en gusto, un gusto que se transformara en querer y un querer que se trasformara en amor, mas no fue así, porque él me mintió.

-¡Carajo! -le dije el otro día a Darío - qué nefasto es sentir el sabor de lo delicioso sin poder predecir que mañana eso mismo te provocará una disentería al corazón… -Qué va María , tú lo hubieses hecho de todos modos, el amor te ciega, eres una mujer ingenua, que se enamora y lo entrega todo por amor – me dijo Darío, sonriente.

A las 2: 00 de la madrugada empecé a tejer los recuerdos que conservo de ese infame, no, creo que fue a la 1:55am, qué más da 5 minutos más; tal vez sí importan, porque a la mejor si me hubiera dejado el autobús no vivo aquella locura con Nicolás, que me marcó para siempre, tanto que conservo en mí este pensamiento indiscreto: me gustó perderme en tu cuerpo claro como el sol, y me fascinó sentir que tú también lo disfrutabas, y aunque me dolió el desengaño, no poder retenerte me escandalizó más, no poder morar en ti me destrozó el alma aun más; porque me quedé sin hogar donde instalar mi amor, donde reposar mi llanto, donde albergar mis sentimientos y hasta sin realizar incluso, mis fantasías más descabelladas me quedé. 

No sé qué es lo que las arañas hacen para mantener perfectas sus telarañas, para sostener en ellas sus presas, y si se destejan volverlas a reconstruir con la misma dedicación con que iniciaron… ¡vivan, las arañas por tan envidiable don! Yo por mi parte les dejaré a ella su arte perfecta de tejer, y en lo adelante me centraré en los momentos agradables de la experiencia que viví con Nicolás y continuaré con mi vida, porque mi corazón resquebrajado me lo pide a gritos: ‘ya, no más, no seas tan boba, deja de pensar en príncipes azules, esos ya están muertos, o perdidos para siempre en algún cuento de hadas…’ ¡reacciona!

0 comentarios:

Publicar un comentario

Noticias Recientes