En República Dominicana al igual que en algunos países de la zona, El estado, gran parte de sus universidades, empresas y los propios Ministerios de Educación y Educación Superior dedican poco o nada de recursos a investigar en el área educativa y esas limitaciones y falta de visión afectan y retrancan el desarrollo nacional.
Cabe destacar que la producción, creación y fortalecimiento de los conocimientos en cualquier campo o disciplina serán el producto de aprovechar las Experiencias de los profesionales, técnicos e investigadores que ejercen de manera cotidiana en un rol específico y la educación no es la excepción. Sin embargo, al adentrarse en las prácticas de las instancias educativas ha de notarse la pre-eminencia de recetas importadas y poco o nada de recursos y tiempo es destinado a hurgar nuevos saberes, lo que debe cambiar para el bien de la colectividad.
En 2015, el diccionario definición ABC señala que "El conocimiento es la sumatoria de las representaciones abstractas que se poseen sobre un aspecto de la realidad. En este sentido, el conocimiento es una suerte de “mapa” conceptual que se distingue del “territorio” o realidad. "(…) Es por ello que los profesionales dominicanos han de valerse las variadas teorías, a fin de que sirvan de puntos de partida para dar paso a otros postulados e ideas, dedicando para ello los presupuestos que sean necesarios, lo que ha de ser posible con la unión de voluntades del sector empresarial, estado y académicos para moldear las ideas.
Investigar es el desafío actual, la iniciativa que no resiste más demoras, pues al buscar en el inventarios de inventos cotidianos que realizan los diferentes países del mundo, ha de encontrarse que desde Dominicana los descubrimientos y nuevos aportes a las ciencias son nulos o insignificantes y esa realidad solo cambiará a partir de un empoderamiento e importantización de la investigación educativa.
A sabiendas de que el crecimiento y desarrollo nacional y mundial han de ser producto de problematizar situaciones y analizarlas en diferentes escenarios, los saberes habrán de emerger si para ello existe una visión definida y decisión de lograrlo como nación, pero esa tarea anda en pañales y a las élites pareciera importarles poco.
Es que la investigación no puede ser vista como un gasto sino como un costo e inversión, que más temprano que tarde ha de redituar sus frutos, proyectando la marca país, pero su logro dependerá de prácticas cotidianas que partan desde la escuela: Alumno- maestro- técnicos e instancias diversas del proceso enseñanza –aprendizaje, las que han de emplearse a fondo, reviviendo, fortaleciendo e instaurando los laboratorios, los ensayos y las prácticas de campo, las que debe ser amplificadas en los niveles secundarios y universitarios.
Se trata pues, de dejar volar la chichigua de las vivencias estudiantiles, de fomentar al maestro investigador, dedicando partidas a tales roles en todos los niveles del proceso, para que de ello resulte una amalgama de indagaciones, en la que los talentos puedan fluir, manifestarse y parir conocimientos a granel, pero esa es una obra que solo ha de ser puesta en escena si se comienza ahora por priorizar la Investigación Educativa y dejar la dañina práctica de esperar los inventos de las grandes naciones mientras que de este lado del continente son escasos los hallazgos y adiciones en ese fin.
En síntesis, la investigación educativa en Dominicana para crecer y tener respeto nacional e internacional debe involucrar a estudiantes, maestros, cientistas, autoridades y a los sectores públicos y privados como parte de un plan estratégico a mediano y Largo Plazo como política de desarrollo nacional, en la cual suscriban todas las fuerzas políticas, económicas y académica. como única forma de lograr resultados sostenibles y si no, todo lo demás seguirá siendo una quimera o simple tinta sobre el papel y caracteres en las líneas de los medios digitales....ESO APúNTENLO TODOS Y TODAS.
Por Franklin Onésimo Tavárez Sánchez, M.A.M.
0 comentarios:
Publicar un comentario