Milagros Payano |
Por:Milagros Payano
Muchas mujeres pensamos en un instante de nuestras vidas productivas que tiene que ser un complot, una confabulación del universo para impedir nuestro crecimiento mental, emocional y hasta profesional.
Angustiadas y acorraladas tomamos las riendas de nuestras vidas, día tras día y echamos el pleito. Luego de más de cinco años de estudios y hasta muchas veces más logramos conseguir ese anhelado empleo que no llena nuestras expectativas pero es "Lo que hay".
Caemos más tarde en la triste realidad de que nuestro flamante jefe desea que le regalemos, poco de las mieles de nuestras virtudes femeninas, tan solo por el hecho de que somos sus empleadas y de que alguien alguna vez dijo que existía un código en el cual le estaba designado ese derecho.
Las que caen en ese juego con el tiempo se dan cuenta de que cometieron un grave error, y que su triunfo tiene un sabor amargo, conseguiremos más rápido el puesto o la promoción que anhelamos, pero perderemos nuestra dignidad.
Trabajemos pues para ser valoradas por nuestra preparación y nuestros talentos y no por los "favores", que podamos hacer para poder ser respetadas en nuestras respectivas profesiones y poder decir con orgullo que la capacitación si basta para competir en el mercado laboral.
Aunque el camino sea un poquito mas difícil, toma el camino correcto así lo logros tendrán un sabor a champan y frescura.
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