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Relaciones comerciales entre RD y Haití


Por: Catalina Henriquez

Santo Domingo- El miedo es la fuerza que mueve a los hombres y les hace obedecer. El miedo es la razón por la que el sistema se mantiene vivo. No podemos explicar cómo funciona el mundo sin hablar de la política del miedo. Aquí en República Dominicana cíclico sacamos tema haitiano como el cuco, la pesadilla más grande para el país. 

Toda la vida nuestros vecinos han migrado, en épocas de zafra caña, para la construcción, vende intercambio comercial entre Haití y República Dominicana, segundo cliente más importante para las exportaciones dominicanas, con la ventaja de que se trata de una balanza favorable a este lado de la isla en una proporción de 95 a 5. 

A pesar de los conflictos socio-culturales y fronterizos con Haití, es el segundo destino principal tanto en volumen como en monto de las exportaciones nacionales y único con el que la R.D. mantiene una balanza comercial positiva. 

Esto es que la relación de exportaciones e importaciones favorece al país, dada la baja demanda de productos haitianos en el consumo de los dominicanos y de la gran demanda de la producción nacional entre los consumidores haitianos. Esta relación es reciproca para ambas naciones, luego de su principal socio los Estados Unidos. 

La República Dominicana y Haití sostienen una relación comercial tan vieja como sus respectivas historias. Desde la división de La Española por el Tratado de Ryswick entre España y Francia, en 1697, la parte hispana y la parte francesa de la isla continuamente han compartido un intenso tráfico de productos a través de la frontera, dada la naturaleza simbiótica de dos grupos humanos distintos ocupando un mismo espacio geográfico de tamaño reducido. 

Los mercados fronterizos que se realizan entre República Dominicana y Haití se han convertido en el motor económico para más de 211,160 habitantes y miles de familias en todo el país, generando empleos y negocios en las provincias de Elías Piña, Dajabon y Pedernales. 

Las leyes de la guerra con los instrumentos de la paz: el comercio, los medios de comunicación, el marketing político, así son las contiendas geoeconómicas de nuestra época utilizan y Apelan al miedo, puede que sea rentable desde la perspectiva electoral, pero resulta siempre "irresponsable". 

Los candidatos deberían tomarlo en cuenta a la hora de plantear sus estrategias de campaña, ya que esas amenazas afectan los intereses colectivos de la nación. A los electores solamente les queda ser críticos frente a esas estrategias, informarse, trascender el discurso momentáneo de los candidatos y exigirles profundidad, detalle, explicaciones de las propuestas para tomar una decisión de voto consciente. 


La dictadura de Trujillo y el régimen de Balaguer crearon una plataforma ideológica antihaitiana promovida desde la educación formal e informal con una visión distorsionada de la historia. usar la migración como un arma política es inculcar el odio, un predominio mediático en la formación de la opinión pública que “hizo su trabajo en el imaginario colectivo”.

Los dominicanos debemos tomar en cuenta que la Restauración en 1865 no hubiese sido posible sin la cooperación de Haití; los dominicanos hemos ayudado a Haití contra Duvalier; los haitianos pelearon del lado dominicano contra los yanquis en 1965, y hoy hay bastante cooperación entre las comunidades fronterizas. Somos emigrantes hacia múltiples destinos, concentrémonos en poner reglas, aprender, aceptar y aprovechar esta relación bilateral. Sin fomentar Odio, sin fomentar el racismo, porque este abre brechas cada vez más profundas entre dos naciones tan distintas culturalmente, política y social. Defender la nación no es peleando con molinos de vientos, más bien, hay que hacerlo de los falsos dominicanos que basados en la mentira, quieren imponer pánico colectivo.

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