En el día ayer, el país se estremeció con una noticia que dejó pasmado y horrorizado a más de uno, al tratarse de un hecho tan atroz y ruin como el asesinato de mi amigo, mi hermano, compañero de mil batallas y hombre de sinceros sentimientos: Orlando Jorge Mera.
Duele, indigna, preocupa y, sin duda que llegan más preguntas que respuestas ante un crimen de esta naturaleza en contra de un hombre de condiciones extraordinarias, especialmente en el trato hacia los demás, quien no merecía tan desproporcionada salvajada.
Hablar de Orlando es rememorar cientos de momentos, así como infinidades de experiencias a lo largo de una dilatada trayectoria común, tanto en el antiguo PRD, así como en el proceso del naciente y glorioso PRM.
Codo con codo anduvimos todo el país, orientando y motivando a una sociedad a enfilarse en un partido plural, abierto y democrático.
Fue buen hijo, buen padre, gran esposo, excelente administrador público, profesional de fuste y un garante de los procesos democráticos internos y de interés nacional.
Procurando que la tierra te sea leve te digo: ¡Vuela alto, amigo; vuela alto!
*Scarlet Benzán.*
Sec.Gral, del Consejo Nacional de Gestión Presidencial.
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