Murió
Nelson Mandela, una noticia que conmovió al mundo el 5 de diciembre de este
año, pero la gran verdad que todos debemos tener presente es que personajes
como este celebre hombre nunca mueren, más bien se hacen inmortales. Su vida y
sus ideologías quedan para la historia como grandes ejemplo y nos recuerda lo grandiosos
que podemos ser los hombres cuando vivimos para aportar cosas buenas a nuestra
humanidad.
Por
hombres como Mandela, las personas de color disfrutamos un poco más de
libertades básicas, libertades que todos, sin importar color e ideología,
deberíamos tener por el simple hecho de ser humanos.
Él
decía; “detesto el racismo porque lo veo como algo barbárico, ya sea que venga
de negros como de blancos”.
Nelson
Mandela vive en el corazón y la mente de todos los que conocen su historia, por
sus aportes a los derechos humanos.
Donde
quiera que haya alguien caminando libremente, de cabello crespo, con piel
oscura, ahí estará presente el resultado de lo que fue su lucha.
Aunque
era sudafricano, Mandela fue un ciudadano del mundo. Sus pensamientos han
derribado todas las fronteras y su legado permanecerá a través de los siglos, “porque
ser libre no es sólo desamarrarse de las propias cadenas, sino vivir de una
forma que se respete y mejore las libertades de los demás.
Hoy
el mundo está de luto por su partida, pero a la vez celebra haber tenido un
líder de tantas virtudes excepcionales.
Wander Santana.
Estudiante de comunicación
social en la UASD
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