background img

Entérate Aquí.

El funcionario que el mal tiempo le favorece


Por José Rosario
José Rosario

Santo Domingo-En unas de las acostumbradas visitas citadinas a un recurrido restaurant de la ciudad capital, lugar en el que convergen personas de variopintos gustos gastronómicos, y no menos alejado del manjar político que todo dominicano a diario saborea y degusta.

En esas acaloradas tertulias del encuentro al buen comer, sale a colocación como una especie de” Hit Parade musical o Rankin “, las grandes epopeyas y situaciones que han librado algunos funcionarios para lograr perpetuarse en el cargo.

Todos los concurrentes coincidieron en señalar que el servidor público que ejerce en una de las instituciones que vela por salvaguardar vidas y bienes en tiempo de desastres naturales y fenómenos atmosféricos, es el que ha corrido con mejor suerte, debido a que cuando se piensa “en sacrificar su cabeza en el puesto”, justo en ese preciso momento, se presenta un estado de emergencia en el país, lo que permite que el hombre de fuste, despliegue su operativo de buen manejo en la materia, para que con dicho desenvolvimiento en el cargo, bajen las turbias mareas del cambio o destitución.

Cuentan los parroquianos, que este funcionario, tuvo que librar una batalla feroz aquel día de navidad, que estando retirado de sus eficientes funciones y resignado en su lecho de descanso hogareño, de repente entra una terrible tormenta en pleno mes de diciembre, recibiendo una llamada salvadora por parte de unos de sus compañeros de fórmula, invitándole a que se reintegrara a sus labores, a sabiendas de su posición por el que atravesada, conminándolo a que asumiera trabajos de rescate en cualquier pueblito de provincia, para así dejarse ver por el primer mandatario a su paso por el mismo en gestiones de supervisión.

Obedeciendo a su inseparable amigo, que se ha convertido en su libro de consulta, se dirige raudo y veloz a cumplir con la misión previamente establecida, procurando con esta acción revertir su desdichado panorama frente al jefe de Estado, y de esa manera reinsertarse en el tren gubernamental.

Al divisar en ese camino agreste, la llegada del séquito presidencial que recorría todo el país en búsqueda de recabar información sobre los daños causados por la tormenta, el suertudo funcionario se reincorpora de forma imperativa frente a los que una vez fueron sus subalternos, adelantando sus pasos como en sus primeros años de carrera militar para hacerle su exposición al señor presidente, sobre cómo había neutralizado el fenómeno natural y mitigado sus consecuencias.

Ya Desarrollada su escueta explicación para persuadir al estadista sobre la importancia que reviste su figura en la dirección de la institución y logrado ese heroico objetivo de su retorno a las lides dirigenciales de la nación, debo decir que desde entonces se ha hecho costumbre, partiendo de las circunstancias de ese gran acontecimiento político, que cada vez que se piensa “remover la mata en el gabinete presidencial”, se comenta entre los pasillos y sus oficinas de esa dependencia del Estado, de que lo único que este afortunado funcionario necesitaría para permanecer en el puesto, si así estuviera en peligro, es que se presentara en el país una amenaza meteorológica. Es por ello que muchos coinciden en señalar que este servidor público es de los pocos que el mal tiempo siempre le favorece.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Noticias Recientes