Por Redacción EPC DOMINICANA/Noticiarios
En Esperanza.-Un Supervisor con doce años ininterrumpidos al servicio del Parque Industrial Zona Franca ve apagar lentamente su existencia, a un mes de haber sido interceptado por agentes policiales que lo persiguieron y le golpearon hasta provocarle daños en sus órganos, debido a que se desplazaba sin luces de su motor, temió por ello y fue alcanzado cerca de su residencia en el sector Buenos Aires.
El suceso cuasi trágico para el ahora afectado, ocurrió el día cuatro de enero, cuando Juan Martínez se desplazaba desde un cajero en las cercanías de su centro de trabajo y fue avistado por los uniformados Aramis Liriano Gómez y Odalis Valdez Jáquez, quienes le habrían dejado al borde la muerte, producto de aplicarle técnicas policiales por no obedecer la orden de pare y huir de ellos, llevándole en esas condiciones a la treinta y nueve compañía de los grises, desde donde bajo presión de sus familiares fue remitido a un centro clínico.
Martínez ahora luce postrado en su domicilio, con el bazo extirpado, producto de patadas, macanazos y otros golpes, atribuído al dúo de (REPRESENTANTES DEL ORDEN PúBLICO ), quienes no han sido ni siquiera interrogados por el Ministerio Público, a pesar de tener una denuncia ante esa instancia por parte del afectado y sus consanguíneos, mientras que tampoco las instancias de Derechos Humanos han realizado un levantamiento del suceso.
El reporte del Comunicador Carlos Fernández destaca que:-Las consecuencias de la brutalidad por parte de los representantes de la sociedad para un evento de violación a la ley de tránsito y fuga, hoy merma lsostenibilidad en los dependientes de Juan, mientras él ve menguar sus fuerzas y calidad de subsistencia, a pesar de que no tenía antecedentes judiciales -según cuenta desde su lecho-, debiendo haber sido apresado sin darle una golpiza ni dejarle su sistema interno prácticamente infuncional-.
Al momento de redactar esta nota, desde el Comando Policial Noroeste guardan silencio respecto al tema, los supuestos ejecutores de sus daños corporarles siguen prestando servicios y cobrando sus sueldos con los impuestos pagados por la ciudadanía, mientras su víctima ya no volverá a ser el mismo y aun corre riesgos sanitarios, pasando de ser un hombre productivo a un minusválido, que de acuerdo a su versión solo recibió cobertura de los medios locales, pero ninguna respuesta de las altas instancias del poder ni de la gran prensa nacional.
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